lunes, 5 de abril de 2010

EL ANTIGUO CASTILLO DE VILLA DEL PARQUE: Tragedia y Misterio en su Historia (I)

El Castillo de los Bichos o de los Fantasmas

Con esta nota comenzamos a publicar la historia del Castillo de Villa del Parque realizada por Isabelino Espinosa. En ella contará anécdotas, historias y experiencias que se fueron recopilando acerca del famoso edificio del barrio, ubicado en la calle Campana al 3200, desde los inicios del Siglo XX.

Cuando se evoca el pasado del barrio de Villa del Parque, en ningún momento puede estar ausente un elemento muy particular que integra su emblema oficial. Nos referimos al castillete de torre y cúpula ubicado en la calle Campana, cerca de las vías del que se denominó alguna vez "Ferro Carril Buenos Aires al Pacífico (B.A.P.)"

Se lo bautizó con un curioso nombre "El Castillo de los Bichos", tal vez porque en su estructura exterior aparecen figuras de animales diversos. También fue identificado como "El Castillo de los Fantasmas", evidentemente, debido al relato del vecindario que afirmaba haber visto durante la noche, ciertas apariciones en ese lugar que resultaban inexplicables y preocupantes. Muchos decían que alguna vez se logró escuchar ruidos extraños, voces, gritos desgarradores, sombras diabólicas que deambulaban sigilosamente por todo el edificio de manera misteriosa.

Más allá de los dichos de la gente, hubo en verdad quienes aprovechando la situación señalada, se dieron a la tarea de causar pánico utilizando los atuendos que caracterizan a los fantasmas. Con tales disfraces entraban y salían del castillo alumbrándose con velas y emitiendo adecuados gemidos y satánicas carcajadas. Finalmente los ocasionales bromistas eran descubiertos, pero esos hechos crearon serias dudas sobre la veracidad de anteriores apariciones. Sin embargo, antiguos vecinos de la zona que en la década de 1920 superaban los 40 años de edad, afirmaban categóricamente haber sido involuntarios testigos de momentos y situaciones de zozobra mientras cruzaban el lugar en horas de la noche. Aparentemente todo comenzó a pasar después del año 1911, cuando se cumplía el primer aniversario de un trágico accidente ocurrido muy cerca del castillo parquense, ya no se trataba de simples bromas, sino de hechos muy raros y totalmente inexplicables...

Esa edificación estuvo a cargo del ingeniero Muñoz González y se terminó de construir a fines del siglo XIX. Originalmente presentaba cuatro frentes arquitectónicos de bello e imponente estilo, y cinco pisos, con un bonito mirador, una terraza y el agregado de dos habitaciones y varias más en cada piso que componían la totalidad del edificio (con el transcurrir de los años se efectuaron algunas modificaciones que de alguna forma alteraron su primitivo diseño).

Su leyenda fue recopilada por antiguos y caracterizados vecinos de Villa del Parque, en base a relatos proporcionados por ciertas personas que fueron en determinado momento protagonistas de los hechos. Estuvo oculta por años en poder de quien suscribe la presente nota en espera de la concreción de un proyecto por el cual el barrio parquense tendría su historia real, verídica, escrita por tres integrantes en su momento de la "Junta de Estudios Históricos de Villa del Parque. Nos estamos refiriendo a don Constante Daneri, don Roberto Tuoto y el ya mencionado autor de esta narración. Por circunstancias puntuales ajenas a nuestra voluntad y deseos, la obra no pudo concretarse. Es por eso que hoy ponemos a la consideración de los lectores una versión auténtica de lo sucedido en una lejana etapa de la vida de los integrantes de dos familias, ocupantes de las instalaciones del enigmático castillo. Se conocerán aspectos desconocidos de una apasionante historia jamás revelada, con escritos, fotografías y datos inéditos. Además existen objetos utilizados por quienes habitaron la famosa y señorial residencia, muchos testigos de alucinantes acontecimientos, de instantes irrepetibles, donde estuvo presente el amor, la amistad, la alegría, pero también donde en determinado momento hicieron notar su presencia nefasta, el dolor y la tristeza.


EL COMIENZO DE UNA LEYENDA

Cuando la firma inmobiliaria "Guerrico y Williams" dispuso a fines del año 1906 el primer remate de lotes dentro de las calles: Génova (Campana) Av. San Martín, Nogoyá y Simbrón, de Villa del Parque el célebre castillo ya estaba allí, enhiesto, firme, con su figura imponente y atractiva en medio de una parcela bastante amplia en una zona casi despoblada, dividida en dos por las vías ferroviarias.

Algunos de los escasos vecinos de entonces, aseguraban que esa edificación la había financiado un desconocido personaje relacionado con la realeza italiana. Sin embargo, otros pioneros del lugar, que afirmaban tener mayores conocimientos sobre el caso, decían que no era así exactamente. El hombre se llamaba Rafael Giordano, descendiente de un renombrado pintor italiano nacido en Nápoles en el siglo XVII. Seguramente alguna vez habría comentado a sus convecinos ciertos aspectos de su vida privada, y de esa forma determinados pobladores tuvieron la ocasión de enterarse de importantes datos y obtener mayores detalles sobre los mismos.

En esos años, alguien señaló con absoluta certeza que don Rafael Giordano había nacido en la ciudad de Salerno (Italia) en el año 1866. Según esas fuentes estaba casado con Vittoria D'Olivi, cuyo nacimiento se habría producido en 1868, y una hija de ambos en 1889 a la que bautizaron con el nombre de Lucía en homenaje a la santa.

Aparentemente, a los pocos meses de nacer la niña, el matrimonio con su primogénita hija decidió viajar hacia la Argentina instalándose en Buenos Aires en la calle Cuyo (Sarmiento) entre Artes (Carlos Pellegrini) y Cerrito. De holgada posición económica, acordaron adquirir un predio donde construirían una confortable residencia. Por esas cosas del destino, la elección recayó en tierras de Villa del Parque, y allí lograron concretar sus anhelos. La zona tuvo su gran edificio.

Al llegar la edad escolar Lucía fue inscripta en un colegio religioso de Monserrat. Sin inconvenientes la niña finalizó su etapa de estudios primarios, ingresando de inmediato en el ciclo secundario que cumplió totalmente cuando tocaba su fin el año 1908.

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