sábado, 19 de febrero de 2011

“EL MONO” GATICA, SU GLORIA Y SU DRAMA

Photobucket

Había nacido en Villa Mercedes, provincia de San Luis. Siendo muy pequeño llegó a Buenos Aires. José María Gatica pasó una infancia de suma pobreza, al correr el tiempo la suerte estuvo de su lado al hallar en el boxeo la forma de eludir la miseria que lo acosaba. En los momentos de mayor indigencia vendía golosinas, lustraba zapatos, y a veces concurría a “La Misión Inglesa” un instituto en el cual encontraba la manera de ganar unos centavos boxeando con otros pibes de su edad. En ese lugar logró conocer a Lázaro Koci, que al notar sus óptimas condiciones para el deporte de los puños, lo llevó a la Federación Argentina de Box para las primeras prácticas.

Fuerte, valiente, agresivo, comenzó a ganar fama entre los aficionados que concurrían masivamente a sus peleas. Aquel chiquilín flacucho de antaño se había transformado en un potente púgil respetado y también elogiado por sus colegas.

Por sus condiciones siguió ascendiendo por los peldaños de la gloria. Campeón argentino (1944), y en ese mismo año en la ciudad de Lima se consagró campeón latinoamericano. Al año siguiente fue campeón “Guantes de Oro”….

Dejó el amateurismo, y el 7 de diciembre de 1945 hizo su debut como profesional frente a Leopoldo Mayorano al que noqueó en el primer round. Mantuvo su racha invicta hasta el 12 de abril de 1947, cuando en su undécima pelea profesional enfrentó a su más encumbrado adversario; Alfredo Prada, quien lo derrotó en el sexto capítulo por fuera de combate.

Gatica – Prada fue un clásico del boxeo nacional, como en el fútbol; River –Boca, San Lorenzo-Huracán, Racing-Independiente. Ya se habían encontrado dos veces en un ring cuando ambos eran amateurs; José María Gatica ganó en una ocasión y en la otra fue Alfredo Prada quién se quedó con al victoria.

“El Mono” ya había sacado “patente” de ídolo, a nadie le importó que era semianalfabeto, vanidoso, soberbio, noctámbulo, y siempre dispuesto a burlarse de los demás. Legiones de admiradores lo seguían por todas partes, que aplaudían hasta sus más inverosímiles excentricidades y le aprobaban las bromas más tremendas.

Transitaba por la senda de la gloria, y en esa época de esplendor, buscó el desquite de todo lo que antes le habían negado. Trajes costosos, alhajas, mujeres hermosas, amigos, bebidas, y los excesos que el dinero puede brindar. Por ser famoso y rico muchos fueron los que se le acercaron, y la mayoría de ellos recibieron el desdén y el desprecio como respuesta. Su inconsciente imaginación lo hizo sentir casi un superhombre, y se daba el gusto de la gran bofetada a los poderosos. A Gatica su triste pasado le sirvió para juntar odio contra la injusticia social, ahora él era un triunfador, un potentado, y podía conducir un “Mercury” convertible con tapizado de piel de leopardo, y encender un cigarro habano con un papel de mil pesos…

Photobucket

El 5 de enero de 1951 en Nueva York recibió una dura lección, “El Mono Gatica” perdió con el campeón mundial de los livianos, el negro Ike Williams, Apenas un round duró la pelea. Tres ganchos de izquierda provocaron sendas caídas del argentino, y luego el esperado nocaut. Después el 16 de septiembre de 1953 perdió por fuera de combate frente a su eterno rival Alfredo Prada en seis vueltas. Comenzaba su decadencia. Pasó el tiempo y llegó el fin de su carrera pugilística. La miseria como en los comienzos de su existencia volvió junto a él, sin embargo no se rindió, luchó por el sustento diario, y aunque estaba vencido definitivamente, no se rebeló jamás…

José María Gatica idolatrado, millonario, con una de las vidas más azarosas de un astro del boxeo, cayó para siempre el 12 de noviembre de 1963 a los 38 años, atropellado por un colectivo de la línea 295 en la esquina de Herrera y Luján, en el barrio de Barracas. Venia de vender muñequitos en la cancha de Independiente para ayudar a un amigo que se dedicaba a ese negocio.

El destino determinó que el fin de sus días tuvieron lugar lejos de las luces del centro de la gran urbe porteña, que encandilaron sus momentos más gloriosos.

Photobucket

En Villa del Parque, antiguos vecinos recuerdan que a las instalaciones del club Pacífico ubicado en San Nicolás 2352, concurría Gatica a mediados de la década de 1950 para efectuar entrenamientos con aficionado al boxeo de la zona. Gran cantidad de público asistía a las prácticas del ídolo, que según las opiniones de aquel entonces, ya comenzaba a transitar por la senda de la declinación, posibilidad que él mismo no admitía por su especial característica personal que lo acompañó siempre durante su muy particular existencia…

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola : mi nombre es Paola Marvin, soy productora de canal trece para la señal "Volver".
Estamos preparando la tercera temporada del programa Volver Pregunta, y nos gustaria que Gatica sea una de las personalidades sobre las que se responda en el certamen.
Si tienen alguien para recomendar, que conozca sobre la vida artistica del Sr Gatica, que este interesado en participar les agradeceria me pasen su contacto o le hagan llegar el nuestro: pmarvin@artear.com o volverpregunta@artear.com.ar.

Muchas Gracias

Paola Marvin
ARTEAR