miércoles, 10 de marzo de 2010

ARSENIO BLANCO. UN ANTIGUO Y VENERADO VECINO DE VILLA DEL PARQUE

Era un auténtico ciudadano de Buenos Aiers, sentía plenamente la verdadera amistad, el afecto sincero, la lealtad sin límites. Fue siempre un gran propulsor de la tradicional “gauchada”, una creación netamente porteña., utilizada en determinados momentos, para hallar soluciones favorables, que podrían ser, la crítica situación de un amigo desocupado, colaborando para que lograse una ocupación digna, tal vez, mitigando el proceso de una enfermedad, o también gestionando la suspensión de un desalojo, etc. Él estaba siempre presente para brindar su ayuda incondicional.

Arsenio Blanco, había nacido un 24 de noviembre de 1920, en la Capital Federal, en la parte céntrica de la ciudad, meses más tarde, sus padres Manuel Blanco y María Fernández, decidieron trasladarse al tranquilo barrio de Villa del Parque, en ese entonces, año 1921, en una etapa de crecimiento. Cerca de su domicilio, Concordia 2370, se veían todavía las grandes quintas de verduras, y los Hornos de ladrillos que ocupaban amplios sectores de la zona. El joven y pujante matrimonio, con sacrificada labor, y con la clara visión de un promisorio futuro, construyeron su casa propia. Luego el nacimiento de sus hijos que colmaron de alegría ese dichoso hogar: “Manolo”, César, Arsenio, Enrique y Celia.

Transcurridos los años, muchos en verdad, cuando integrábamos la “Junta de Estudios Históricos de Villa del Parque”, nos encontrábamos en diversos lugares de nuestro barrio para recordar tiempos pasados, irrepetibles, porque no podrán volver, pero eso, ayuda a aumentar la nostalgia y la emoción, al evocar los innumerables momentos de felicidad en nuestra niñez, adolescencia y la posterior juventud. Hablábamos de interesantes cosas, y entre ellas, no podían estar ausentes, el primer club infantil que se fundó en nuestra ciudad, “Nueve de Julio”, con su pequeña canchita de fútbol situada en la esquina de Santo Tomé y Concordia, frente al legendario “Chalet del alemán”, que aún existe. Los numerosos clubes del barrio, “Juventud Argentina”, “Glorias del Parque”, “Defensores del Pacífico”, “Juventud Parquense”, “Juventud Argentina Primitivo”, entre otras. Durante los días domingo y feriados, podíamos disfrutar de la presencia, en alguno de los equipos, la actuación de varios astros del balompié nacional en actividad, pertenecientes a la entidades profesionales de aquel momento. También llegaba el recuerdo de los tradicionales bailes familiares en aquellos años, con el acompañamiento de música argentina en su totalidad, con escasa presencia de melodías. Eran otras épocas, que parecen ahora tan lejanas.

En medio de tantos recuerdos, llegaba casi siempre, la historia del enigmático edificio de la calle Campana, denominado “El Castillo de los fantasmas”. En su mención venía aparejado cierto e inocultable temor y, al mismo tiempo, la curiosidad por conocer detalles de su leyenda.

Don Arsenio Blanco, pertenecía a los viejos tiempos de Villa del Parque, cuando nuestro barrio era una permanente e inmensa familia. Alegrías y penas se compartían con la totalidad de sus integrantes, porque existía entre los vecinos una verdadera solidaridad, un comportamiento ideal, afectuoso, donde se desconocía el negativo sentimiento de la indiferencia, porque las acciones prioritarias eran la cordialidad y la cooperación, entre la comunidad parquense.

Hasta aquí, una breve reseña de la trayectoria de un gran amigo y un hombre ejemplar, don Arsenio Blanco.

ISABELINO ESPINOSA

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